La Lógica de la Academia y las contradicciones con la Lógica del poder. El caso Venezolano y la Revolución Bolivariana.

El siguiente artículo presenta mediante el uso del ejemplo venezolano, las complejas contradicciones que suelen presentarse entre el poder político e ideológico y el espacio de la Academia.


La academia como casa de estudios se destina principalmente a la formación del recurso humano que necesita nuestro país en las distintas áreas productivas, siendo el conocimiento su armadura fundamental, es por ello que el conocimiento y las ideas son sus banderas de lucha, sólo con ideas, con proyectos y con un sólido sistema educativa es que se produce desarrollo y con ello el bienestar de toda la colectividad. Los gobernantes de turno más allá de concebir un proyecto de país bien planificado, han optado por improvisar a medida que se suscitan las problemáticas, adoptan una actitud reactiva, y más que eso, siempre adecuan sus decisiones a su medida, al punto de extralimitarse e invadir competencias de otros poderes aún cuando nuestra carta magna de forma expresa señala que hay independencia entre cada uno de los 5 poderes públicos.

En el caso venezolano y la revolución bolivariana, poseen una propuesta ideológica que no es reversible y que quienes actualmente controlan el poder ejecutarán todas las acciones posibles para permanecer en él. El líder de esta mal llamada revolución bolivariana, pretende robar lo que con tanto esfuerzo y dedicación se ha logrado conservar en cada casa de estudio “LA AUTONOMIA”. Cree que implementando su ideología política y socialista en las universidades hará cambiar la forma de pensar de millones de venezolanos que no apoyan su mandato y si lineamiento, el actual gobierno venezolano parece inclinado a no admitir otros espacios excepto los que defina como de su interés. En el caso de la relación del poder con el académico el primero aspira, obviamente, a ocupar el segundo, considerando que en un proceso revolucionario, una imagen que no existe constitucionalmente en Venezuela, debe ocupar todos los espacios posibles, porque su destino es, precisamente, salvar el mundo, y para ello no puede aceptar que haya discrepancias ni contradicciones, con la meta fijada, salvar el mundo ideando una nueva postura doctrinaria, el socialismo del siglo XXI.


Este socialismo del siglo XXI, conlleva a que la sociedad venezolana se vea rodeada de una turbia realidad. La democracia venezolana, derecho por ley establecida en nuestra constitución bolivariana se ve ensuciada por un precepto revolucionario que envía un mensaje de tiranía, en donde los deberes y derechos de todos los venezolanos se ven usurpados y violados por una persona que se quiere imponer ante una mayoría, debido a que en el país no existe un estado de derecho, donde nuestras leyes y normas jurídicas, sean cumplidas, lo cual ha ido irrumpiendo significativamente con soberanía del país, es decir, con el poder que reside en el pueblo.